lunes, 8 de febrero de 2010

Historias de la vida real (Primera entrega)





Ocurrió aquel día, que remoloneaba entre sabanas a la búsqueda de un sueñito más, cuando la voz de mi vecina me despabiló. En la esquina, justo en diagonal a mi casa, ella siempre llamaba a su hombre para reclamarle que la dejo sola y embarazada. Ella gritaba a los transeúntes, diferenciándolos solo por cuestiones de género.
A los hombres les pedía un cigarrillo y fuego, les respondía sus piropos, les negaba que sea una prostituta y se enojaba si le decían "mi amor". A las mujeres las solía llamar "Puta".
Pero ese día fue diferente a los demás, ese día ella gritó:

-"Hace 11 años que vivo en Martelli y aquí no hay sexo. Nada de sexo.

¡Quiero Sexo! Una poronga así necesito yo"










2 comentarios:

Hernán dijo...

decile que se venga para ituzaingó.. aca la van a atender muy bien.. jajaja

Carla dijo...

Epa, Epa! Después no te quejes si empieza a gritar tu nombre en la esquina de mi casa. jaja