sábado, 13 de febrero de 2010

Cartas de amor desesperadas (Primera entrega)




Sobre la mesa de aquella fría casa de la costa, él encontró una carta que decía:


"Camilo:




Si solo supieras lo que te amé no hubieras tenido reparos en ver estos ojos de mujer encendida cuando la mirabas. Estas manos sedosas dispuestas a la caricia febril de la noche. Estos labios dulces que no te empalagaban. Estos pechos turgentes que sentían como tu lengua los lamía con infinito placer.

Pero vos no sabés lo que es amar. Te negaste a besarme como la única entre tus amantes, decidiste ser infiel a tu deseo de quedarte conmigo mientras las sirenas cantaban en el mar. Partiste, dejándome sola otra vez, aguardando tu regreso.

Pero hoy es el último día. Hoy decidí dejar en el mar tu enfermizo amor de esperas, sinsabores y dudas. Hoy decidí que soy más que tu amante furtiva, aquella que deseas cada vez que tocas suelo firme. Hoy decidí levar anclas y buscar mi propio futuro, lejos de tu triste sombra.

Buscaré en otros puertos aquello que nunca viste en mi. No quieras escribirme, yo ya te olvidé.



Lola "



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